Es verdad. En teoría, donar sangre cuando estás embarazada podría provocar anemia al disminuir tus niveles de hierro. De hecho, como aún no se ha demostrado que sea algo seguro, la Cruz Roja y otros bancos de sangre estadounidenses no permiten que las embarazadas sean donantes.

Tampoco debería ser donante una mujer que acaba de dar a luz. La Cruz Roja recomienda esperar seis semanas después del nacimiento del bebé; a partir de ese momento, una mamá puede donar sangre de forma regular, incluso si está dando el pecho.

La mayoría de las mujeres que han dado a luz pueden donar células rojas, pero en algunos casos el embarazo puede afectar tu posibilidad de donar plaquetas. Después del embarazo, algunas mujeres tienen anticuerpos que pueden traer complicaciones a los pacientes que reciban sus plaquetas durante una transfusión. El centro de donación de sangre podría hacerte un análisis de sangre para verificar si tienes estos anticuerpos antes de permitir que seas donante.

Otra opción es la de donar sangre del cordón umbilical después del nacimiento de tu bebé. Si no planeas guardar la sangre del cordón en un banco privado, puedes donarla a un banco público, donde esta sangre podría ayudar a otras personas.

La sangre que permanece en el cordón umbilical del bebé y en la placenta después del nacimiento contienen células madres, las cuales son a veces utilizadas en el tratamiento de enfermedades potencialmente fatales, como la leucemia, la enfermedad de las células falciformes y los trastornos del sistema inmunitario.